sábado, abril 14, 2007

"EL AMAUTA ATUSPARIA" DE ERNESTO REYNA ZEGARRA EN MADRID

Se me ocurrió el jueves santo, salir por las calles de Madrid a caminar, a hacer algunas fotos de la capital española, para cargar en mi equipaje el día que haga mis maletas y retorne a mi tierra, las calles que mis ojos vieron.
Ilusionado por el día libre y por el día santo para el mundo cristiano, cogí mi mochila roja ya envejecida por el uso diario y me preparé para salir, pero de pronto, como algo súbito, relampagueante voló hacia mi mente, algo que yo no me lo esperaba, y me dije, que, mientras haga el viaje en el autobús al centro de la ciudad, debería ir leyendo un libro, uno de aquellos que están en el estante de mi habitación, y me dirige a ella y como mirada de buen tirador, mi mirada se dirigió a un libro que desde que llegue no le había tomado mucho interés, menos en cuenta, aun cuando él, había venido en mi maleta como parte de mi elegido y predilecto equipaje, el libro es: EL AMAUTA ATUSPARIA de Ernesto Reyna Zegarra. Y Salí del piso y me dirige a mi destino, a mis muchos destinos diría yo. El día era gris, opacado, con un sol que salía de vez en cuando como para no estropear el día festivo. Con una sensación de pequeños chubascos, como dicen los hombres del tiempo, en los canales de televisión.

De verdad, qué sensación tan diferente se siente, cuando en medio de tanta gentita española, que probablemente no sepan nada de nuestra historia, aunque hablan el idioma que nosotros hablamos, pero ignoran por completo, las gestas heroicas de aquellos revolucionarios indígenas, que trataron de reivindicar sus derechos.

Voy leyendo sobre temas que marcaron el proceso social de los pueblos del Perú y uno se siente como que ser peruano es la ultima gota del desierto del Sahara, el espíritu inca nos aguijonea la piel y sacamos pecho de donde no haya, ansiamos en ese momento predicar de nuestra historia al mundillo del autobús, pero nos quedamos en las ansias y en el querer. No sirve ser en ese momento tan apasionado por su tierra, porque las heridas de la nostalgia se abren, erupcionando desde la profundidad del corazón lavas de lágrimas y suspiros que estropearían la caminata.

Es jueves por ventura y pasión, libro en mano, asciendo por las escaleras que me llevan hacia la Plaza de la Puerta del Sol, estoy saliendo por la boca del metro hacia la superficie para empezar desde ese momento mi caminata oficial, por las calles del centro de la ciudad.
Y evoco a Reyna Zegarra, de cómo se pudo apasionar por la tierra ancashina, si dicen que nació en Arequipa, y más aún, de cómo se pudo apasionar de la gesta de Atusparia y Ushco pedro, que desencadenó en una crónica novelada y que en ese momento caminaba conmigo. José Carlos Mariategui comenta en el prefacio del libro:
“En una época en que prospera, en la literatura europea, la biografía novelada, sin ninguna preocupación literaria ni historiográfica Reyna no ha encontrado modo más certero de revivir la sublevación de Atusparia que la crónica novelada… Se lee, además esta crónica como si se leyera una novela, antes que por su estilo, por la novedad del asunto y sus “dramatis personae” en nuestro esquema mental de la historia del Perú”.

En paso procesional y como cauteloso caminante, me dirijo hacia el monumento erigido al Oso y al madroño, en la inicial de la calle Carmen, parte de la zona way* y pija* de Madrid, pero se me ocurre dejar constancia de mi paso con el libro de Reyna Zegarra, por la Puerta del Sol y pienso hacer una foto del libro con el referente de la plaza, y es ahí donde emerge la foto del Amauta Atusparia y el monumento al oso y al madroño.

*Way= jerga madrileña cuyo significado es: bonito, que vendría hacer el sinónimo de nuestro “bacan” peruano.

*Pija=palabra que en jerga madrileña significa, persona de mucho dinero. En el hablar peruano, sería su sinónimo de la palabra “pituco”.

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