lunes, enero 16, 2012

DE UTOPIAS Y OTROS MALOS SUEÑOS...

Una de las tantas asambleas publicas realizadas sobre la problemática con la Cía. Antamina. 

... El pueblo seguía buscando alguna utopía porque luchar y mantener la esperanza de un Huarmey prospero y generador de riqueza, no había muerto, éste había sido transferido a las nuevas generaciones para que continúen con la tarea de plantearse nuevos retos y abrir nuevas posibilidades para una nueva esperanza, y llegó preciso, justo a la hora del tiempo mismo en que se necesitaba en quien creer y de quien esperanzarse; la Compañía Minera Antamina fue quien tocó las puertas de la ciudad y le dejamos entrar, porque la utopía de nuestros padres, no habían funcionado y había que buscar el modo de hacer prospero éste pueblo y entonces llegó ésta compañía, que entro a la ciudad como Pedro en su casa, con mensajes de prosperidad, de que ellos traían la posibilidad de generar riqueza por intermedio de la generación de empleo y el consumo de los productos generados en el campo y el comercio local, nos dijeron entre otras cosas, que consumirían lo que Huarmey producía y ello redundaría en la generación de riqueza que tanto habían soñado nuestros padres desde los años 60.


Con la llegada a la ciudad de ésta compañía minera, un minúsculo grupo empezó a concienciar a la población, de lo peligroso que era tener a una empresa minera trabajando en los mares de nuestro puerto, casi nadie lo oía ni lo creía, en vez de unificar ésta nueva esperanza, Huarmey empezó a dividirse y a convertirse en una ciudad conflictiva y en conflicto social permanente, ya empezaba a dejar de ser esa ciudad tranquila, de los saludos cotidianos entre unos a otros, para pasar a ser una ciudad de la rivalidad entre quienes creían que toda proyecto minero contamina y entre los que veían que era la oportunidad de su vida para el ascenso a la prosperidad y ponerse a buen recaudo ante una crisis económica; se formaron comités de lucha, frentes de defensa, sindicatos por el lado de la oposición, mientras que por el otro bando, se creaban empresas de servicio múltiple al servicio de la minera, asociaciones de diversas actividades económicas, empezaron a pedir dádivas para mejorar su sector o su gremio, todo ello conformó la realidad en la segunda mitad de los años 90, en torno a la que sería la última utopía del siglo XX para la provincia de Huarmey, mientras éste seguía postrado, cada vez más con ilusas esperanzas, aguardando que llegará el día en que ya dejáramos de ser la provincia de las utopías, de los sueños frágiles, de las batallas perdidas, de los hombres y mujeres desempleados, porque la esperanza ahora se cifraba en la minera, pero ese día, aún no llega, Huarmey, sigue siendo el pueblo desempleado o subempleado y lo que es más penoso, vive en un constante divisionismo, fraccionado por los cuatro costados por el que se le mire, peleado, incrustado en una pelea a muerte entre amigos, vecinos, hermanos y familiares, porque el uno no tiene principio o porque el otro es un vividor, nadie es para tal cual, en estos tiempos existen bandos, tanto de los que mantienen un principio, que hasta podríamos llamarles radicales u otros que llevan la comparsa a la Cía. Minera Antamina.

Lo cierto es que, en las utopías en las que ha vivido Huarmey en sus últimos cincuenta años, casi ninguno le ha resultado beneficioso...

Extracto del texto: “Breve manual para cambiar Huarmey”
Autor: Heber Ocaña Granados
Madrid - 2007      


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