miércoles, noviembre 29, 2006

LEYENDA DE DOS PIQUICHONES MAS RECURRENTES DE LA ALDEA

Cuando llegó a la comarca, se vino trayendo su astucia y el sinsabor de sus palabras filibusteros, se trajo consigo también una sorda conciencia que no escuchaba ni al mínimo pregón del viento; con él vino también sus embaucadoras sombras y tras él un hermano en miniatura. Juntos posaron sus nombres y sus sombras en una aldea sencilla y tranquila, muy cerca del mar, donde alguna vez, las mujeres se hicieron del mando de toda la jurisdicción y los hombres vivían sometidos a los caprichos tanto sexuales y laborales de las mujeres, que empeñadas en edificar una gran aldea, trajinaron mucho hasta descubrir dos hermosos valles que les serviría para paliar el hambre que había sido pronosticado por la junta de sabios del imperio; la aldea tenía la fama y la magia de recibir muy bien a todos sus visitantes, buenos o malos, eran bien recibidos. Así que aprovechando la hospitalidad y la cordialidad de la gente de la aldea, se establecieron sin que nadie les preguntase de sus pasados; púes a nadie le interesó su llegada pero aún así, sin que ellos tocasen las puertas de los vecinos, los vecinos mismos se las abrieron de par en par, quedando a disposición todas las ventanas de las chozas para que hagan de ella una forma de asociacionismo entre los aldeanos, porque según ellos, decían que venían trayendo la verdad y la sinceridad en sus peroratas y que serian ellos los que darían vida a la actividad social de la aldea, se comprometieron a traer danzantes de tijeras de pueblos lejanos, ya que a nadie le importo su llegada mas que solo a unos cuantos aldeanos que se sintieron de su parentela y fue así como se establecieron dos hermanos en la aldea costeña de junto al acantilado, vecino del cerro lagarto y productor de la chicha más exquisita de todo el territorio imperial.
En cuanto llegaron buscaron al personaje más influyente de la aldea, que por cierto era una mujer de armas tomar y con una belleza que oscurecía al sol con su mirada, su pecho era prodigioso, sus caderas protuberantes y su andar, solía ir al ritmo de las hojas y el silbido de los pájaros; de ella se hicieron sus amigos y no tardaron en ser más que amigos, ambos hermanos se disputaban en silencio, el corazón de la influyente mujer, pero en ausencia de uno de ellos, la mujer se entregaba a plenitud, mientras que el otro hermano, hacia sus deberes por otros lugares. Así que la mujer disfrutaba de ambos sus amores y a la vez gozaba y aprovechaba de ambos sus fuerzas, ya que los dos hermanos les prodigaban de todo cuanto la mujer deseaba, pero ambos tampoco sabían que a una sola mujer mantenían y la gozaban, solo sabían y se ufanaban hasta la mediocridad que, gozaban de la amistad de la mujer más influyente de la aldea. Por el contrario, la mujer se reía de ambos porque los manejaba a su malévolo antojo.
Y fue así como fueron llegando de poco a poco hasta la alta alcurnia del grupo de aldeanos que administraban la sólida aldea.
Los hermanos se hicieron de la amistad del líder y del mayoral, gracias a la intervención de la mujer, que los acogió como amigos y parte de sus oscuras y escalofriantes apetitos sexuales, que ninguno de los dos hermanos se percató que habían sido parte de una trilogía amorosa.
Bebían chicha casi todos los días con el mayoral, les contaban sus experiencias recogidas en las aldeas que quedaban a unas cuantas millas al sur de la aldea, contaban por ejemplo que ellos habían logrado que el líder de esa aldea, logre acallar a los aldeanos, cuando estos habían iniciado una jornada de protesta, por no haber obtenido la visita del jefe supremo de cacicazgo regional. Porque ellos creían que con la llegada del cacique, el problema de los canales de irrigación y por ende el hambre de los aldeanos se iban a resolver. Ya casi convencido el mayoral, le propone que seria bueno que toda esa historia se lo contasen al jefe, para ver si podrían ser parte de la junta de sabios pero en el oscurantismo más hermético, porque se sabía que, los visitantes eran bien acogidos por los lugareños, pero eran bien celosos que sean ellos los que lleven el destino de la aldea, así que se dirigieron hacia el jefe a retacear todas sus habilidades que lengua alguna nunca habría podido proferir.
De la reunión con el jefe pocos saben, no trascendió más que entre el círculo de amigos muy cercanos, lo único que se supo fue que, inmediatamente el mayor de los hermanos empezó a alejarse de sus amigos del pueblo porque ya empezaba a montar el mejor mulo de propiedad del jefe y ya empezaba a emitir comentarios muy favorables del jefe supremo de la aldea; y fue así que dieron el salto con el trampolín del oportunismo para ocupar cargos relevantes en la aldea, uno para ser el vocero fatal de las mentiras del jefe supremo de la aldea y el otro para revestir con su voz y su postura pequeña toda la falsa altura con que trataron de hacerle alcanzar al jefe; dicen que luego, ambos hermanos lloraban en silencio su trastornada decisión de haberse alejado del círculo de amigos, porque su conciencia les repetía en cada amanecer, que no hay mal que dure cien años ni cuerpo que la resista… su jefe había perdido toda la amabilidad, el respeto y el decoro, la aldea se había dado cuenta de su falta de autoridad y fue echado de la aldea, como se hecha el agua servida, por los suelos… pero esta historia fatal no termina aquí, esta historia tal vez continué, porque siempre sabrán reciclarse quienes alguna vez, se reciclaron… Gallina que come huevo, aunque se le queme el pico… Seguirá comiendo… era el sabio comentario que se vociferaba entre los aldeanos… luego que se enteraron que otro porvenir estaba por venir…